Máscaras, Teatro y Apariencias, curiosa asociación de ideas porque,¿son equivalentes? desde luego las tres ideas participan del mismo folklore aunque seguramente en distintos escenarios.Así vemos como la sociedad admite sin pestañear la mentira siempre que se sepa que es eso, una mentira, y siempre que tenga una buena factura, el teatro permite envolverse en la vida de un personaje ofreciendo una falsa, pero querida apariencia, tanto mas cuanto mas creíble se realice dicho mimetismo hasta el punto que a veces puede llegar a confundirse
el personaje y la realidad. ¿Y donde entra la tercera en discordia? ¿Cual es el papel de las máscaras?. Curiosamente algo que ha acompañado a la civilización desde sus orígenes pero que siempre ha jugado al doble juego de la admisión/prohibición. Mascaras rituales desde la prehistoria, mascaras ceremoniales en todas las sociedades religiosas y pseudoreligiosas, mascaras funerarias, mascaras lúdicas como en carnavales. ¿Porqué esa tendencia a ocultar la identidad?, quizás porque en el fondo todos en algún momento sienten ese afán de ser quien no es, actuar como se quiere y no se atreve, representar una fantasía que no es asumible.
Quien sabe, cada cual supongo tendrá sus razones pero no deja de ser curioso que fuera del área oficial del teatro también los demás interpretes elijen/elegimos nuestra propia colección de máscaras para acomodar nuestra apariencia.
¿Es malo?... No, solamente es humano.
Una de las muestras más conocidas del refinamiento en el uso de las máscaras:
Más historias tras las máscaras, en el hogar de Neogeminis
Las máscaras a mi modo de ver, y en relación con la vida, sólo la llevan los cobardes, pero alguna vez acaban cayendo para quedarse en bolas, o sea, tal y como son. Aparentar lo que no se es, es puro teatro, apariencias, todo va relacionado.
ResponderEliminarBESICOS.
Me gusta Manuel la exposición y como relacionas los tres puntos. Cuando hablas de las máscaras en concreto y de nuestra colección, creo que realmente todos disponemos de alguna manera de ella. Ana más arriba dice que es de cobardes el llevarlas, yo creo que si se usan para esconder una realidad tal vez, pero igual no solo esconden a veces matizan y suavizan, porque a ver, yo tengo la de los lunes, la de ir a trabajar, si no me la coloco "Señor que cara" asi que esa no me falta y nada tiene que ver con la del fin de semana. Fuera de bromas, ya era hora de tu regreso, faltaban las puntualizaciones de Manu Tais.
ResponderEliminarGran abrazo.
En le libro La armadura de hierro, el proceso de irnos desarmando, o lo que sería lo mismo, ir desenmascarandonos, nos va libera favorablemente de tantas presiones acumulados durante nuestra "domesticación". Es bueno, cuando llega el momento, y nos bancamos nuestra cara lavada y nuestra alma en paz.
ResponderEliminarLindo verte de nuevo por aquí y cara limpia, como siempre!!! besos
Muy buenas reflexiones sobre esta terna de conceptos que nos convocan. Sobre las mentiras y sus aceptación, creo que el rechazo hacia ellas no es -al menos hoy- tan tajante como debería. Creo que la cuota de hipocresía que toleramos es mucho más alta que la "deseable".
ResponderEliminarSobre las máscaras y el carnaval veneciano, coincidimos en que son la versión más poética de lo que esa veta fantasiosa del disfraz logra provocar.
un abrazo y gracias por participar.
Muy buenas reflexiones sobre las mentiras y la hipocresía. Bien dices que las máscaras nos sirven para ocultarnos tras ellas y hacer lo que no haríamos a cara descubierta. Muchos de nosotros no salimos de casa sin colocarnos la elegida para ese día, dependiendo de lo que haya que interpretar.
ResponderEliminarUn beso.
"Ser o no ser..." creo que de ahí parte mucho del teatro... el enmascarar va siempre unido al concepto de esconder y en muchos casos es la falta de aceptación y la sobre protección. Pienso por otro lado que la manera en que se ha montado la sociedad en la que todo se limita a un escaparate está creando otro tipo de máscaras manufacturadas en serie...
ResponderEliminarUna invitación a la reflexión propia...
Se te ha echado de menos, ¡qué lo sepas!
Un beso
Manuuuuuuuu!!! ya estabas tardando amigo mío, estabas faltando al jueves pero vuelves y bato palmas contenta, que dure.
ResponderEliminarQuien esté libre de máscaras que tire el espejo, jejeje, y es que nacimos teatreros y nos cuentan cuentos y nos engañan y seguimos como niños el argumento muy viejo con máscaras nuevas.
Voy a decirte TODA LA VERDAD (?), a ciencia cierta no apostaría por la verdad que me huele a mentira o a relativa.
Besito y ya sabes, a la bella durmiente.
Buena reflexion. Las representaciones sean del tipo que sean, son la forma de expresar unas actitudes o unas formas que escapan de lo cotidiano y lo normal, de ahí el hacerlo muchas veces parapetado tras una máscara. El engaño suele ser más creible.
ResponderEliminarUn abrazo
La mascara de la hipocresia se expone en todos los escaparates de la sociedad incitandonos a probar a ser lo que no somos.
ResponderEliminarteatro, apariencias, mascaras... candilejas, aplausos.
Y besos para ti
Creo que las máscaras no son tan malas, según eluso que se les de. Puede haber otras realidades. Buen trabajo
ResponderEliminarEs cierto por toda la historia y nuestra vida humana de alguna u otra forma hemos tenido o jugado con algun tipo de mascara
ResponderEliminar¿Quién no usa o ha usado máscaras alguna vez? No creo que sea de todo lo malo, lo peor es lo que comentas en tu reflexión, que llegue el punto en que no sepas distinguir la realidad del papel que interpretas. En todo caso, lo mejor sería mostrarnos tal cual somos, ¡menudas sorpresas nos íbamos a llevar con algunas personas! Un beso.
ResponderEliminarMe alegro de volver a leerte. Tienes razón, lo mismo, lo mismo no son; pero creo que se complementan. La máscara para cambiar nuestra apariencia y ésta porque no, tiene algo de teatro, que aunque no la lleven, el personaje va cambiando.
ResponderEliminarUn abrazo
Este jueves, llevo poco leído pero mucho reflexionado. Del tuyo me viene a mente como al enmascararnos nos liberamos, el disfraz parece permitir actaar sin tapujos, mostrar más cuando menos se nos reconoce.
ResponderEliminarCelebro tu vuelta a los jueves y celebraré más si vuelves acompañado.
Abrazos.
Muy buena reflexión, es verdad que muchos se ponen máscaras para esconder quien son en realidad. A mí me parece que es mejor mostrarse y dejar que los demás nos acepten como somos, o no.
ResponderEliminarSería bueno que las máscaras solamente se usaran dentro del ámbito de la actuación teatral, pero no es así.
Un beso.
Pienso que en algún momento de nuestra vida, todos hemos utilizado alguna máscara. ¿No ponemos máscara alguna vez delante de los jefes si no nos queda más remedio? es sólo un ejemplo, pero podría haber muchos más. Lamentablemente no siempre podemos manifestarnos tal cual somos.
ResponderEliminarMe alegra muchísimo el volver a leerte y confío en que tus apariciones jueveras sean más frecuentes y como dice Juan Carlos si además lo haces acompañado, miel sobre hojuelas.
Un fuerte abrazo por partida doble.
Creo que ver desde detrás de una máscara tiene su curiosidad. Es decir, ver como es el entorno que nos rodea, las reacciones de los demás desde "el anonimato" que una máscara brinda.
ResponderEliminarSaludos!
Bienvenido!!!
ResponderEliminarTod@s llevamos la máscara de vez en cuando, con el jefe,como dice Pepe, o la sonrisa forzada que ponemos cuando nos encontramos con el vecino plasta en el ascensor...otra cosa es la falsedad y la hipocresía, pero eso canta mucho y enseguida nos damos cuenta.
Muy interesante y acertada tu reflexión.
Besos.
Una máscara física es un juego que puede servir a los tímidos o a los que quieren actuar en algún acto. Las máscaras que todos nos ponemos son las que pueden servir para fingir en momentos difíciles o para disfrazar nuestra cobardía.
ResponderEliminarSaludos
Me encantan las máscaras físicas y estas del carnaval de Venecia son magníficas. Las que no me gustan tanto son las etéreas, las inventadas o ficticias.
ResponderEliminarUn saludo
ibso