MANU TAIS - BLOG

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jueves, 13 de junio de 2013

SECRETOS
Este Jueves un relato

SECRETOS

A pesar de no aparecer mucho, desde finales de abril, no penséis que no sigo las peripecias de Los Jueveros a través de facebook y los blogs, no es que guarde ningún secreto ni me mantenga en el mismo, solamente que los horarios y obligaciones han ido en ocupando tiempo libre y yo diría que desplazando a las musas a la zona de lista de espera, parafraseando a la Consejería de Sanidad.

Este domingo, como los demás, vi el tema propuesto, "Los Secretos", buen tema me dije a mi mismo, hablar de aquello que bien por propia decisión o por imperativo de otro nos obligamos a mantener en privado, y de allí salio una especie de hilo argumental o una Brain Storm como dirían los ejecutivos modernos. 
Guardar en privado me recordó a la expresión atribuida a la Virgen María “María conservaba estas cosas en su corazón” (Lucas 2, 51), y de ahí estaba clara la progresión, los famosos Secretos de Fátima.
Tres revelaciones milagrosas para unos, folclóricas para otros, pero que indudablemente a pesar de partir de tres infantes portugueses, han despertado la curiosidad de eruditos, teólogos e investigadores de gran parte del siglo XX y parece que seguirá en el XXI.
Los dos primeros Secretos quizá no sean tales ya que su revelación pública no fue muy tardía, pero el Tercero, uhmmm, el tercero se ha mantenido guardado hasta hace bien poco tiempo aunque su interpretación sigue siendo un misterio tal que bien pareciera que sigue realmente siendo eso, un SECRETO.
Como es lógico de todo ello derivó el buscar documentación al respecto y sinceramente, creo que después de este JUEVES tendré que seguir buscando y leyendo pues en cada interpretación queda siempre una puerta abierta a que la verdadera o total revelación a los tres pastores sigue siendo un secreto guardado y bien guardado en el corazón.
SECRETOS, todas las culturas han tenido y mantenido alguno y todos tenemos secretos, grandes o pequeños, significativos o insignificantes, propios o ajenos, los hay de todo tipo y condición algunos son motivo de satisfacción propia y otros de atormentado peso sobre la conciencia, pero para mi hay un detalle fundamental en todos ellos, el saber conservarlos y no hacerlos públicos demuestra la lealtad y confianza de una persona ante sus semejantes. Quizás exagerando pero poco valor tiene aquel que no sabe guardar un secreto aunque ese valor no sea conocido gracias a su lealtad. 

Para terminar una imagen sugerente del tema, en la obra de una muy buena amiga pintora

El Secreto
Óleo sobre lienzo

Otras confidencias más o menos seguras en la Caja Fuerte de SAN