Soledad aun con la presencia de varias personas que no dejan de ser un grupo de entes individuales sin aparente conexión entre ellos, y sin que parezca que haya ningún interés en establecer relaciones interpersonales.
Esa es en breves palabras la primera impresión que me causa la visión de la imagen sugerida por Matices esta semana. Se sobreentiende que forman un grupo con un interés común, en este caso el conseguir llegar a lo alto de esa única y misteriosa escalera, hacia una luz mortecina que no parece inducir sentimientos de felicidad precisamente, escalera que además de construida con una peligrosa pendiente, por no llegar no llega ni siquiera la ventana a la que se dirige, dejando un pequeño pero profundo abismo entre ella y la pared.
A pesar de ese indudable interés común, cada personaje se ve inmerso en su individualidad, algunos parecen leer, otros mantienen una actitud de resignada espera, cada uno dentro de si mismo.
Nada en la escena indica alegría, nada parece augurar que la visión a través de la única ventana sea capaz de producir felicidad, al contrario, la afortunada sobre la cima de la lúgubre escalera mantiene una actitud de duda, ¿mereció la pena el esperar turno?, ¿Compensa dar ese salto que falta para llegar a la ventana?.... Curiosamente ninguno de los “esperantes” parece tener interés en qué efecto provoca la visión sobre la que ha logrado llegar a donde ellos quieren acceder.
La escasez de elementos accesorios potencia todavía mas el efecto hipnótico de la escalera cual totémica pirámide escalonada. La presencia del único elemento extraño, la silla, refuerza todavía más la sensación de individualidad y soledad, no parece que nadie la considere útil, nadie esta interesado en ella ni en el logotipo por evidente que sea su presencia en la sala y que parece recordar a los presentes quién es el propietario de sus deseos.
Quizás porque el ser humano es un animal gregario, quizás por su capacidad de mimetismo social, el caso es que la virtud de esperar pacientemente a que llegue el turno de cada uno supera a veces el propio fin de esa espera.
Siempre me ha parecido triste la formación de una “cola” para alcanzar algo, supone la existencia de recursos limitados ante la superior demanda de dichos recursos y establece una relación de competitividad involuntaria o inconsciente.
Colas para gestiones administrativas, colas para acceder a instituciones de todo tipo, colas para obtener recursos imprescindibles como sanidad, enseñanza, vivienda. Al final llegamos a asumir de tal forma la situación como normal, que terminamos esperando pacientemente nuestro turno para alcanzar la luz, fundiéndonos en la norma establecida al igual que los individuos de la fotografía, trasformandonos en meros fantasmas de lo que deberíamos ser.
Más sugerencias ante la imagen en la cámara de Matices
** Phantom of the Opera (Vanessa Mae)
La soledad del que espera, en una fila de personas, ordenadas una a una, pero ¿sabes? cuando está mucho tiempo de pie unos junto a otros, y observas o te muestras abierto a escuchar todo cambia, las personas por el hecho de compartir esa espera ese tiempo interminable aparentemente pueden descubrirte un universo nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin duda, podemos ver el cuadro desde dentro; como un personaje de los que contiene y desde fuera, como el personaje que lo contempla.
ResponderEliminarTanto en un cao como en otro, priman los sentimientos... como en cada cosa en la vida. Nada suele ser objetivo cuando se habla de sentimientos, de emociones. Cada uno tenemos nuestra historia y nuestro momento en ella. Y tú acabas de demostrarlo, como siempre...genial.
Estoy encantada en reincorporarme a leer a mis amigos. Es un lujo
Besitos
Pues sí, has descrito perfectamente al animal social. Siempre pensando en sí mismo y siempre rodeado del "alter ego". Egoísta y egocéntrico, no le preocupa el motivo de los demás, aunque todos puede ser que esperen lo mismo. Ese es el español por naturaleza...
ResponderEliminarUn abrazo, Manuel. Tú y Gastón son los que más os habéis acercado, de momento. Voy a seguir leyendo.
Pues si, Manuel si lo miramos desde un punto formal la lectura que nos da se acerca mucho a la realidad que vivimos y nos muestras. Desde dentro es inquietante y distante... lo cual crea desesperanza interna. ¿Sabes? lo mismo lo has leido, las palabras que faltaban en el título eran "la crisis"...
ResponderEliminarMe ha gustado tu reflexión.
Besos
JODERSE, MANUEL, HOY , EN REALIDAD NO DEBERÍA DE COMENTARTE, PUES LO QUE ME SUELES AHCER PENSAR, YA LO HAS DICHO TÚ..JAJA
ResponderEliminarPERO...
mi ultimo apunte en el cuaderno dice así: manada...
bien, destacas la soledad del individuo, la soledad denro d euna multitud...destacas la individualidad...individualidad que es lo mismo que la soledad...y sí, dentro de una manada de humanos la soledad existe y el individualismo también, faltaría más...y así como la manada arropa..somo seres individuales insertos en una manada...la individualidad aporta inseguridad..así me parece quelo desatcas y así lo corroboro...
destacas otro aspecto de la individualidad..así lo he anotado: la competitividad dentro de la manada...y sí, como individuos, somos eso, competitivos...aunque también somos individuos que a veces se rinden..
medio beso, manuel.
Pero, para ser grupo, además de ser más de uno y tener interés común y unión temporal (cosas que parece que cumplen todos), hay algo indispensable:
ResponderEliminarLa interacción, la mútua influencia.
Y, con relación al interés común tendríamos que establecer un matiz (y yo diría qe no se cumple): no es lo mismo tener el mismo interés (desear conseguir la misma cosa, por ejemplo en una oposición) que tener un interés que nos una (por ejemplo ganar un partido); solo el segundo caso determina la formación de grupos.
Has analizado la imagen y la has desmenuzado desde la mirada, llevándola a sentimientos y costumbres ordinarias, pero con un halo de soledad y desasosiego.
ResponderEliminarSaludos
Hola Manu,el hombre necesita sentir que no esta solo, sentir el calor de l@s demás, aunque en ocasiones en medio de una multitud, se de cuenta de que nadie repara en sú presencia,creo que todas las crisis, nos hacen egoistas, ¡Es más!...Ultimamente creo que hasta sin crisis, solo pensamos nosotr@s mism@s,espero estar equibocada...Besos...Lucia.
ResponderEliminarHas analizado la imagen casi como un crítico de arte, porque te has parado en todos los detalles humanos que se plasman en el cuadro. Lo cierto es que hay mucha individualidad entre los que hacen cola.
ResponderEliminarBss.
Las colas, dichosas colas, ¿quien no lasa ha hecho alguna vez? Dan rabia; pero todos las hemos hecho y a veces para ver cosas bien absurdas. Supongo que esas personas hacen cola porque si, la costumbre.
ResponderEliminarUn abrazo
Es una curiosa dualidad según yo lo veo. Por un lado, el ensimismamiento, el aislamiento, el hermetismo de la individualidad. Por otro, la paciente espera en la cola, el sometimiento de esa individualidad a las normas que regulan la conducta del grupo, el interés común.
ResponderEliminarUn abrazo.
El análisis que hacés de esta pintura me parece perfecto, la visión que le das y la forma de describir cada detalle encontrado. Mirándolo desde la óptica que proponés yo también puedo ver soledad, individualismo y en parte resignación. Tal como lo que está pasando en nuestra sociedad cada vez más acentuado. Es como si a veces estuvieramos adormecidos esperando... la luz, o la oscuridad...
ResponderEliminarUn abrazo.
"el caso es que la virtud de esperar pacientemente a que llegue el turno de cada uno supera a veces el propio fin de esa espera."
ResponderEliminarMe copan tus reflexiones siempre. Hoy te has superado. Muy buen análisis de una imagen que da para tanto!!!
besos
Ves individualismo, a mí el individualismo que en según qué casos sea necesario, me produce tristeza, y tristeza o soledad me inspira esta pintura. Detallista y concienzudo en tu observación casi milimétrica. Un besote y que tengas buena guardia.
ResponderEliminarYo no llegué a entrar en la imagen, ya iba a entrar cuando te he leido y no ha hecho falta.
ResponderEliminarHe entrado de tu mano, me he situado como espectador de lujo visionando cada tetalle, cada gesto, cada interés y cada indiferencia... ahora, sólo necesito encontrar una explicación.
Abrazos
La imagen es enteramente lúgubre como bien apuntás, no tiene ni un detalle que la salve de esa sensación de soledad y frialdad que provoca.
ResponderEliminarY también coincido en que uno termina acostumbrándose a ese tipo de situaciones, espera resignado un poco de luz, una solución, algo ... . Es triste, cada uno en su sitio, sin hacer caso de el de adelante ni de el de atrás. Cada uno enfrascado en su tema sin interesarse en el otro. Y ni siquiera lo notamos, nos parece normal.
un abrazo
Hola, Manuel.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en todos los detalles y consecuencias que nos relatas. El sentimiento de soledad de los "observados" en la imagen, abruma.
Ha sido un verdadero placer leerte.
Te dejo un abrazo.
Maat
muy buen relato y muy bien descrita toda la imagen pues me ha parecido tan exacto y detallado todo lo que has dicho que me parece que más que una imagen fuera una verdadera realidad de este mundo en que vivimos pues en tus palabras me he sentido realmente identificada... me has hecho pensar y reflexionar en todo lo que has escrito... muchas graciasss
ResponderEliminarCada detalle en tu relato nos deja la tremenda fotografia de lo que yo llamo "la soledad poblada"
ResponderEliminarUn beso
Haber si me concentro Manu, que estoy algo pachucha y aturdida.
ResponderEliminarTiendes siempre a hacer análisis muy pormenorizados, también en este relato en el cual barres cada posibilidad hasta llegar a lo del rebaño, la soledad en la cola, la incomunicación, lo gregario, lo de dejarse ir...a esa luz abstracta.
Nos queda el derecho a salirnos de la cola ¿o no?
Besito cariñoso !hasta pronto!
Si, definitivamente la espera ocupa un lugar central en la foto, parecería mas un fin en si misma desluciendo el objetivo, lo que hay allá arriba. La imágen de gente haciendo cola como en cualquier oficina administrativa torna un poco en absurda la meta. El clima de la foto es realmente opresivo.
ResponderEliminarMuy buen análisis Manuel, con absoluta rigor, sin concesiones.
Te dejo un beso
la espera y la soledad son temas que el hombre carga como una cruz sobre el hombro... gracias a dios los escritores nos libramos de ella, quizás por instantes cada vez que escribimos y vemos esa luz... beso!
ResponderEliminarLo más interesante de tu relato es que hiciste una "lectura de imagen" de la misma manera en que nos enseñaron en el profesorado de bellas artes.
ResponderEliminarY sí... uno se acostumbra a todo.
BACI
Resaltas esa falta de alegría y tienes razón, nos quedamos (yo p.ej.) con el interés por alcanzar la cima.
ResponderEliminarLas colas, insoportables, coincido.
Un abrazo.