Colecciones de sellos, cromos, figuras, postales, monedas, arte ...... el ser humano es quizás el único ser vivo que le da significado sentimental a los objetos materiales y sufre o goza esa tendencia a coleccionarlos, a guardarlos para disfrutar de su compañía si puede achacarse esa cualidad a las cosas inanimadas.
Somos tan especialmente extraños que, efectivamente, esa cualidad inmaterial que damos a algunos de esos objetos hace que sigan con nosotros aun pasada su razón de utilidad o su razón de la presencia en nuestras vidas. No interviene su valor, o al menos no es lo mas importante, su utilidad seguramente hace mucho tiempo que se perdió e incluso su belleza o prestancia simplemente se quedo atrás en algún momento del camino sin que nosotros nos diéramos cuenta. Curiosamente tampoco es necesario que el objeto en cuestión este presente de forma continua o evidente, a veces sí, a veces puede estar bien guardado y solo cobrar existencia de tarde en tarde, pero cuando se hace presente siempre lo hace acompañado de recuerdos, de sensaciones, a veces de añoranza de una época, de nostalgia y de forma significativa siempre se le mira con cariño, alegría e ilusión.
Cuando leí el tema propuesto por Sindel, nuestra amiga y compañera de fatigas blogueras, pensé, buen tema ha elegido. Poco a poco a medida que iba pensando en ello, entre la cotidianeidad diaria, me empecé a dar cuenta del poco apego que conservaba de mis años pasados, al menos en cuanto a objetos materiales. No conservo ninguna de aquellas coloridas colecciones, no tengo ningún amuleto o fetiche al uso, planteándome que efectivamente debo ser muy poco fetichista.
Pero de repente saltó una chispa, un objeto que haya sobrevivido al devenir de los años, a mudanzas, cambios de vida, etc., etc. me vino a la mente algo que cumple todas esas características incluso la de la carga sentimental, y dicho y hecho o mejor, pensado y hecho corrí a buscarlo, lo desenfunde y le hice una foto después de mucho tiempo de estar bien guardado y a salvo de catástrofes........, mi querida Bandurria que cogí por primera vez a la tierna edad de 6 - 7 años y que me acompaño durante las distintas etapas de mi vida de estudiante hasta que las obligaciones profesionales hizo que pasara a ser "ese objeto querido" motivo de este encuentro juevero.
Para terminar, un tema musical que parece escrito para la ocasión
Joan Manuel Serrat - Aquellas pequeñas cosas (Sinfónico)
Más objetos de deseo, claros u oscuros, en el baúl de SINDEL
Esas pequeñas cosas Manuel, las que nos emocionan hasta llorar cuando nadie nos ve son las que siempre viviran en nosotros, ni mudanzas ni terremotos ahí presentes siempre. Preciosa y emotiva.
ResponderEliminarEsa bandurria !ehhhh! que es igualita a la que yo tenía jajaja !qué tiempos!
Un abrazo.
Lo siento, pero leyendo tu relato voy a mi tema, las canciones. Canciones que dejan de tener cualidades musicales para ser recuerdos, para tener emociones distintas a las buscadas por el compositor. Y ocurre con objetos, como bien dices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que todos, practicamente todos tenemos al menos un objeto que ha perdurado por años, no necesariamente desde la niñez, en nuestro poder y en nuestro recuerdo. Es algo muy humano.
ResponderEliminarEsa canción de Serrat, a punto he estado de colocarla yo mismo en mi entrada. Maravillosamente descriptiva.
Un abrazo
Por muy poco fetichistas que seamos, Manuel, siempre hay algún objeto al que guardamos un especial cariño, no tanto por el objeto en sí, porque su valor puede ser insignificante, sino por los recuerdos asociados al mismo. En tu caso, por ejemplo, esa bandurria que está contigo desde tu remota infancia.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mi me ha pasado algo así, no soy fetichista, ni le tengo apego a las cosas, creo que tienen su momento y terminado las olvidamos. Eso si, algo ha conseguido Sindel, que haga inventario vital de objetos.
ResponderEliminarBesos
Ah mirá, es como una especie de charango pero mas gordito. Como sonará? Tenés que llevarla al próximo encuentro bloguero y dar un pequeño concierto!
ResponderEliminarMe encantó la bandurria.
un abrazo
Tu querida Bandurria Manuel es un objeto muy bonito para conservar y recordar de un tiempo de rosas como dice Joan Manuel en esa joya de canción que a mi tanto me gusta.
ResponderEliminarPrecioso relato.
Un abrazo.
Ahhhh!...me encantó tu reflexión sobre la costumbre tan humana de adjudicar valor sentimental a las cosas inanimadas!...eso es otro detalle que nos diferencia del resto de las especies!
ResponderEliminarSobre la elección del objeto que al final nos destacas, coincido con Any en la expectativa de poder escuchártelo tocar algún día, a la vez que me ha dado mucha gracia la forma en que lo describe! jajajaja..."como un charango pero más gordito" ajajajaja
Un abrazo!
ves que siempre tenemos algo guardado en algún riconcito olvidado por los años pero a pesar de todo siempre en nuestro recuerdo...
ResponderEliminar¡¡TUNO, más que TUNO!!
ResponderEliminar¿Dónde guardas las cintas de tu capa, de tu capa estudiantil?
Cuanta razón tienes... cuantas cosas guardamos repetidas, porque las tenemos además en la memoria.
Pero, ¿quién no ha tenido la imperiosa necesidad de coleccionar los cromos de aquello que le gustaba.
Preciosa y edecuada canción de Serrat.
Por cierto, llévate la bandurria a Córdoba y nos regalas una actuación.
Abrazos
Me uno a Alfredo, TUNO, espero que nos deleites con tus melodías estundiantiles.
ResponderEliminarSentada ante el ordenador miro lo que me rodea, ayyyyy, fotos, postales, figurillas, ayyy, y eso en este cubículo, que en resto de la casa, uyyyy. ¿Por dónde empiezo de tirar? Será como abandonar partes de mi misma.
Besito Manu, nos vemos de nuevo.
salamanca es lo que tiene, tunos de cojones, por que lo que es estudiantes de verdad...ni uno¡¡ jaja...cuando estudiaba en esa ciudad, a parte de querer sacar las notas APROBADAS, sólo aprobadas, quise ser tuno. pero había una dificultad: mi enorme timided. esta tan sólo saltaba por los aires cuando el alcohol relleneba mi estómago, con lo cual, la verdad sea dicha, como que nunca hubiera podido ser tocador de bandurria...
ResponderEliminarmedio beso, manuel.
Me ha gustado mucho la disertación filosófica sobre el aprecio a los objetos que hacéis los humanos, jejeje, pero eso de saber tocar la bandurria y tenerla relegada en su funa, uissss, uissss, eso no me ha gustado nada de nada, yo que soy una sirena con un oído frente al otro no entiendo a los que tenéis la capacidad de crear música y no hacerlo!!!, jooo, perdona que te riña, pero es que has visto esa carita redondita, esa boquita en forma de oooooohhhh, es que no te da penita de ella, mira, mira, si no la sacas y la tocas te las vas a ver con esta sirena, jajajaja, miles de besosssssssssssssss
ResponderEliminarLos instrumentos musicales, son mas objetos, sobre todo porque ellos mismos son una obra de arte, y desde luego sabe mal tirarlos, y menos si han significado mucho en nuestra vida.
ResponderEliminarEs bonita esa bandurria, y el tema escogido, ideal.
Un abrazo
Que acorde la música elegida, porque habla de tu propio relato, al no tener apego a cosas materiales, y así, siempre hay algo que resalta cuando uno menos lo ve, porque es cuando lo toma y se apropia, para ser parte del viaje que es esta vida.
ResponderEliminarMe gusto tu recuerdo.
Un abrazo.
Ah, viste que algo había? jajaja
ResponderEliminarMe alegro que te acordarás de ese hermoso objeto que te acompañó en años felices de tu infancia. Ahora me queda la duda... Sabés tocarlo?
Me gustó mucho este texto, está escrito de forma tan natural que no pude parar de leerlo hasta el final.
Gracias Manuel por participar!!!
Un abrazo enorme
a desenfundar... sí sí... y con serrat... un maestro de fondo... no podría decirte otra cosa que... primero: de palabras no te falta nada... dejemos los fetiches... pero QUEREMOS OIRTE TOCAR! :D ya te hemos leido... ahora nos falta un audio! aunque suene desafinado... un abrazo amigo!
ResponderEliminarPues no la guardes mucho, Manuel. ¿Y si te la llevas al próximo encuentro bloguero? ¿Te imaginas la que podemos armar...?
ResponderEliminarUn abrazo.
Maat
Muy buen escrito. Un ensayo interesante. Cuánto para conversar eh?...
ResponderEliminarTe veré vestido de tuno entonces, algún día?
Eso si: guarda los llaveros, sabes que tienen destinataria, jajaj
Besos y abrazos /también para tu preciosa y rubia mujer.
jajaja ahora recuerdo,estuviste en la tuna ¿verdad? Qué años..jajaja te emplazo como dice Maat a que la traigas a Cordoba y pasemos un buen rato.
ResponderEliminarBesitos
Manuel!!!! Mis disculpas, compañero!!! te había saltado y entre cuerda y cuerda de bandurria te encontré. ¿Crees que viola y bandurria podrían tocar alguna serenata??? Venga, tú a tu moza y yo a mi mozo!!!!
ResponderEliminarUn abrazo retrasado pero igual de grande.
Hola Manuel, la musica mueve las almas mas endurecidas.
ResponderEliminarTe pido disculpas por no leerte en su momento, pero no pude entrar en internet unos dias,algunas veces mi ordenata se acatarra y tiene que reposar, ya sabes cosas de la edad jajjajaja, dos besos ya sabes a compartir con tu bello amigo muakkkkkk....Lucia.
Tambien soy aficionada a conservar todo lo malo es que a este ritmo debo cambiar de casa...
ResponderEliminarTambien me gusta tocar la guitarra sobre todo a la orilla del mar que me sirve de relax.
Beso